Ciclo de conversaciones 

«Convergencias.

Centenario del nacimiento del escultor Francisco Rallo Lahoz» 

 

Participa: Encarna y Paco Rallo (hijos del escultor) y Desirée Orús (docente USJ Sénior) 

Modera: María Blasco (docente EARTE USJ) 

Fecha y hora: 19 de noviembre a las 19 h 

Lugar: salón de actos del Edificio Grupo San Valero (pl. de Santa Cruz, s/n) 

 

Con motivo del centenario del nacimiento del escultor Francisco Rallo Lahoz (Alcañiz, 16 de octubre de 1924-Zaragoza, 2007), la Universidad San Jorge, a través del área de Cultura, organiza la charla-coloquio «Centenario del nacimiento del escultor Francisco Rallo Lahoz» dentro del programa del Ciclo de conversaciones Convergencias. Durante el acto, los hijos del escultor Encarna y Paco Rallo conversarán con la comisaria y crítica de arte Desirée Orús sobre la vida y obra del artista. 

Posteriormente, acompañados por los participantes del encuentro, los asistentes visitarán la obra Pubertad (1985), expuesta en el Espacio Recoveco del Edificio Grupo San Valero. 

 

Para completar el recorrido, te invitamos a visitar la exposición «Francisco Rallo Lahoz, Infinita Belleza» en el Museo Pablo Gargallo de Zaragoza. La muestra, comisariada por Desirée Orús, recorre la trayectoria del escultor a través de sus obras más personales. Una selección de 33 obras fechadas entre 1944 y 2006, realizadas en distintos tipos de material, desde el alabastro, la madera o el bronce hasta distintos tipos de piedra. Las piezas han sido cedidas por Ayuntamiento de Zaragoza, Cortes de Aragón, Diputación de Zaragoza, Museo de Teruel, así como por distintas colecciones privadas y el Legado familiar Rallo Lahoz. Puedes visitarla hasta el 5 de enero de 2025. 

Frases de Francisco Rallo Lahoz   

He sido un escultor de emociones y sentimientos. He trabajado con intensidad. Soy de los que creen más en el trabajo que en la inspiración. He creído en la lentitud y en la perfección. 

En el trabajo con los distintos materiales: madera, mármol, alabastros, piedra arenisca, caliza, arcilla, escayola, bronces y otros, se llega a tener una comunión entre el cerebro, las manos y el material, donde el diálogo con la obra y la materia que te habla de cómo es, cómo debes tratarla, pues ninguna es igual en densidad, en vetas, texturas etc. Así escuchándola, te dice: «amigo mío, me has entendido». 

Soy figurativo y bastante clásico. Forma parte de mi sentir estético y de mi formación el idealizar siempre la belleza. Dentro de esa tónica existen en mi obra muy diferentes maneras de expresar esa estética. 

El escultor se integra de tal manera, que se encuentra a gusto en la madera, en la piedra, en el bronce, en el hierro. Es como las partituras de música donde te dan unos acordes y unas armonías. Aquí ocurre lo mismo, tienes una materia y un sentido armónico en la obra que hay que realizar. Se crea una férrea necesidad de resolver la idea propia. 

Cada vez he sentido la necesidad de estilizar más la figura, de hacerla más esbelta y más limpia. 

Francisco Rallo en su estudio-taller, con la escultura en bronce Hebe, 1987, Zaragoza, 1992. Foto: Cordero

Francisco Rallo Lahoz (Alcañiz, 1924-Zaragoza, 2007) 

 

Nacido el 16 de octubre de 1924 en Alcañiz, sus padres, Miguel Rallo Calvo y Josefa Lahoz Gil, naturales de esta localidad del Bajo Aragón, se trasladaron al municipio francés de Clermont-Ferrant ese mismo año, donde permanecieron durante un año, para después instalarse definitivamente en Zaragoza. 

 

Con 14 años ingresó en la Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza, formación que compaginó con el trabajo en el taller del escultor Félix Burriel Marín. Fue aquí donde se instruyó en las diversas técnicas de la escultura. Tras su regreso del servicio militar obligatorio en 1947, comenzó su actividad como escultor profesional independiente y abrió su propio taller en la calle Madre Sacramento n.º 37, que después trasladó al n.º 59. En 1951 contrajo matrimonio con Encarnación Gómez Valenzuela. En 1954 recibió su primer encargo religioso, un retablo de alabastro para la iglesia parroquial de Gargallo, al que siguieron el de Fortanete y la Puebla de Híjar, todos en Teruel. En 1952 nació su hija Marisol (†1982); en 1955, su hijo Paco; y en 1961, su hija Encarna. 

 

A partir de entonces, Francisco Rallo Lahoz recibió importantes encargos, tanto públicos como religiosos, y su obra pasó a formar parte de la historia de Zaragoza. Sus esculturas están presentes en los lugares más singulares de la ciudad, como la plaza del Pilar, con las fuentes en bronce de Niños con Carpas o el Globo Terráqueo de la fuente de la Hispanidad, sin olvidar el Caballito de bronce detrás de la Lonja, en recuerdo del fotógrafo minutero Ángel Cordero, o las cuatro Musas que coronan la fachada del Teatro Principal. Además de las esculturas más icónicas de la ciudad, como los cuatro Leones ubicados en los accesos del puente de Piedra. 

 

Desirée Orús