Exposición IV Call for artists  

Galería Carmen Terreros 

Del 5 al 21 de noviembre de 2024 

Inauguración: martes 5 de noviembre a las 19 h en Edificio Grupo San Valero (pl. de Santa Cruz s/n) y a continuación en la Galería Carmen Terreros. 

 

Con el doble objetivo de fomentar la cultura artística aragonesa y promocionar el talento emergente, Cultura USJ, en colaboración con la Galería Carmen Terreros, presenta la exposición de la cuarta edición de Call for artists, una convocatoria abierta a artistas y/o colectivos nacidos o afincados en Aragón que deseen dar a conocer su trabajo artístico. 

A través de Call for artists, Cultura USJ y la Galería Carmen Terreros pretenden generar sinergias entre la práctica artística emergente y el mercado del arte, así como dar visibilidad y ofrecer oportunidades a los jóvenes creadores aragoneses poniéndolos en valor. 

La muestra se compone de las seis obras seleccionadas en la cuarta convocatoria de Call for artists. La obra ganadora, Río y cráter en Kepler-452b (2024), de Fernando Romero, y las obras seleccionadas The crown (2023), de Víctor Solanas; El campo fui yo (2024), de Chalo Moca; Paisaje invadido VI (2023), de Daniel Vera; Sed (2023), de Javier Seral; y Human Sculpture (2024), de Enrique Fantova. 

La exposición se inaugurará el martes 5 de noviembre a las 19 h en el patio del Edificio Grupo San Valero y a continuación se realizará una visita guiada con los artistas en la Galería Carmen Terreros. La exposición colectiva «IV Call for artists» permanecerá abierta al público hasta el 21 de noviembre. 

Este proyecto cuenta con el apoyo de Gobierno de Aragón. 

 

Inauguración: 5 de noviembre a las 19 h en Edificio Grupo San Valero (pl. de Santa Cruz, s/n) y a continuación en la Galería Carmen Terreros (c/ San Félix, 6) 

Fechas: del 5 al 21 de noviembre de 2024   

Lugar: Galería Carmen Terreros (c/ San Félix, 6, local)  

Horario: de martes a viernes de 11:00 a 13:30 h y de 18:00 a 20:30 h; sábados de 11:00 a 14:00 h 

Acceso libre  

Organiza: Cultura USJ y Galería Carmen Terreros  

Con el apoyo de Gobierno de Aragón

Exposición IV Call for artists  

Río y cráter en Kepler-452b (2024) (obra ganadora)

Fernando Romero

 

Medidas: 195 x 150 cm

Técnica: Acrílico sobre lienzo

Esta pintura forma parte de un proyecto de investigación pictórica que reflexiona sobre la posibilidad de visibilizar una serie de paisajes invisibles, que sabemos que existen pero que no podemos ver. Esta representación se genera mediante la interacción entre distintos materiales que construyen progresivas orografías aleatorias, que nos remiten a elementos de la tradición paisajística.

El desarrollo de nuevos telescopios espaciales, como el Kepler, y de ciertos algoritmos informáticos ha permitido a la humanidad ubicar en el mapa estelar nuevos exoplanetas. Gracias a los cálculos de los astrofísicos sabemos dónde están ubicados, qué características físicas pueden tener, cómo orbitan, cuánto duran sus días e incluso su composición matérica, pero no podemos verlos. Nuestra tecnología actual está lejos de ofrecernos una imagen de su paisaje. La NASA, en ciertas ocasiones, publica alguna recreación artística contextualizada en estos exoplanetas; ante la imposibilidad de disponer de una información visual objetiva, muchas de estas ilustraciones nos remiten a la estética romántica el paisaje.

Alejado de una interpretación romántica figurativa, esta serie inspirada en exoplanetas recurre a la experimentación con los materiales pictóricos para hacer presentes estos territorios invisibles. Los materiales se comportan de forma azarosa: se posan, estratifican, erosionan y desplazan arrastrados por los fluidos o empujados por el impulso del viento de forma similar.

El proyecto toma como punto de partida la observación de los límites de la pintura durante la materialización de un cuadro, donde los restos matéricos de pintura sobrantes se van acumulando sobre otros elementos que tienen una función de limpieza o reserva: trapos, telas, papeles y plásticos; son zonas condenadas a la invisibilidad y a ocultar la parte de la pintura menos noble. Estas superficies normalmente arrugadas van acumulando estratos y derramas de pintura; su relieve descuidado hace que su interacción con los materiales pictóricos sobrantes conforme una serie de orografías, un paisaje especulativo desconocido, pero sobre el que se identificaban ciertos accidentes geográficos como valles, cordilleras, ríos y lagos. Estos motivos de amplia tradición en la pintura de paisaje aparecen de forma fantasmagórica, haciéndose presentes fruto de la interacción azarosa de los materiales sobrantes del cuadro. La especulación paisajista se convierte en una estrategia para trasladar la mente del espectador a una nueva dimensión territorial.

El campo fui yo (2024)

Chalo Moca

 

Medidas: 155 x 40 x 33 cm

Técnica: espray sobre madera reciclada de la Sierra de Guara

UNA ODA A LA NATURALEZA

La pieza escultórica tiene diferentes lecturas superpuestas:

1.ª La representación de un árbol.

Imaginemos un futuro distópico en el que la humanidad ha aniquilado por completo la naturaleza y ya nadie se acuerda de cómo era un árbol.

2.ª La representación de una figura humanoide.

Podría ser un ser en modo esquemático.

3.ª La representación de un tótem indio.

La pieza tiene un componente mágico-espiritual y, al igual que los tótems fabricados por las tribus ancestrales de Norteamérica, sirve para proteger a la comunidad de los malos espíritus. Una suerte de obra neoancestral, cargada de simbolismo y que mezcla la tradición, representada por la madera, y la modernidad, representada por los colores y un lenguaje visual enmarcado en el arte urbano.

Esta obra pretende reflexionar sobre uno de los grandes males que asolan a la humanidad: la desconexión de la naturaleza.

Human Sculpture (2024)

Enrique Fantova

 

Medidas: 110 x 130 cm

Técnica: Formato 4:5. Fotografía impresa en papel Hahnemühle Museum Etching, enmarcada sobre paspartú blanco y marco de madera lacada en negro de 4 x 2 cm

Esta obra pertenece a un proyecto personal y una serie fotográfica todavía inacabada que está basada en la búsqueda de la belleza como canalizador propio de emociones, materializador de mis inquietudes y sentimientos de todo aquello que me atraviesa por dentro. Necesito hacer el ejercicio constante de ver la belleza en todo lo que me rodea para olvidar duras y potentes imágenes que quedaron grabadas en mis retinas. En esta serie busco explorar la bella morfología humana dándole una estética escultórica, asemejándola a las grandes esculturas de la época griega.

Sed (2023)

Javier Seral

 

Medidas: 25 x 25 x 25 cm

Técnica: Construcción de la pieza a pellizco con gres chamotado

Jarra quería contener agua, pero el agua deshacía sus formas. Vaso quería saciar la sed, pero no era capaz de retener una gota. Ambos se aliaron con el fuego, que avivado por el aire consiguió eliminar todo su rastro hasta que el barro endureció.

Elementos primitivos para cubrir necesidades básicas. Así surge la pieza: formas primitivas creadas con técnicas primitivas. Modelada a pellizco y cocida con leña a fuego abierto, creada para contener agua, bien escaso y vital.

 

Descripción técnica:

Repasado en estado cuero de la cara exterior con el fin de reducir espesores, crear una textura superficial y un juego de superficies continuas que realzan la asimetría de la pieza y le dan movimiento. Bizcocho de la pieza en horno de gas a 1000 °C. Esmaltado de la pieza con un vidriado creado a partir de materias primas fundentes a baja temperatura y coloreado con sulfato de cobre. Segunda cocción experimental con madera en horno efímero a fuego abierto. La atmosfera reductora de la madera tiñe de negro algunas superficies. La ceniza y la propia tierra sobre la que apoya la pieza transforman el esmalte en textura y apariencia dando carácter a las piezas.

The crown (2023)

Víctor Solanas

 

Medidas: pieza metálica (cepo): 100 x 80 x 15 cm; pieza sintética (alfombra): 120 cm de diámetro

Técnica: Cepo de hierro con muelles de compresión y soldadura de electrodo sobre alfombra sintética

Un cepo, una trampa mecánica titulada La corona es situada en el suelo de la sala de exposiciones, desnuda, sin más aparataje que el metal, el mecanismo y el tejido con los que se ha construido. La imagen del cepo sigue siendo un icono con gran carga simbólica en nuestra sociedad occidental y, pese a su prohibición por tratarse de un dispositivo de caza clandestino no regulado, resulta aún sugerente y poderoso. Este agresivo sistema de mutilación posee la contundencia propia de la objetualidad de la escultura, cuyo efecto de presencia sensible ‒lesiva‒ nos lleva al límite y nos sitúa en un estado de alerta que nos impide sentirnos confortables en su presencia. A través de esta obra también se define esa nueva ética de la relación con el cuerpo de la que habló Baudrillard en La sociedad de consumo. En este caso no solo se trataría de entender el cuerpo como un bien de uso y consumo, como un medio de comunicación o entidad viviente biocultural, sino como la otra parte esencial del ente moral, político, histórico y social que es el sujeto; el daño que pueda provocar este artefacto de presa ‒probablemente irreparable‒ puede ser no solo, literalmente, el causado por el propio cepo en su destructora actividad compresiva, sino también, metafóricamente, el causado por las personas que nos rodean y a quienes nos vinculamos afectivamente.

Paisaje invadido VI (2023)

Daniel Vera

 

Medidas: 90 x 60 cm

Técnica: Acrílico sobre tela

Esta pieza forma parte de la serie «Paisaje Invadido». La gran mayoría de los paisajes que se presentan en ella fusionan composiciones geométricas con paisajes aparentemente reconocibles generados a través de la inteligencia artificial. El uso de la IA nace de la necesidad de encontrar nuevas referencias visuales para representarlas a posteriori mediante técnicas tradicionales de expresión. Los portales o elementos intrusos de estas representaciones generan reminiscencias a la ciencia ficción, el brutalismo, ambientaciones cinematográficas o escenarios de videojuegos que son fruto de las referencias generacionales del artista.

El conjunto de lienzos plantea la aparición de un elemento intruso en la imagen que aporta un color adicional e interactúa con los elementos del lugar representado, todos ellos muestran una apertura de color en la parte central de las composiciones generando dudas acerca de su cometido: ¿son puertas? ¿Son ventanas? ¿Son entradas o son salidas?

Habitamos un espacio en el que cada vez es más complicado vislumbrar los límites entre lo natural o lo artificial, entre lo virtual o lo real, entre la apariencia o la verdad y, precisamente, Daniel intenta mostrar una reflexión acerca de esta relación de contrarios.